Fuente: Madrid/Geoscopio.
Unos 50.000 estadounidenses mueren cada año debido a la contaminación atmosférica, a lo que hay que sumar su "fuerte impacto" sobre la salud humana según el científico Morton Lippmann, asesor de la Agencia de Medio Ambiente de EEUU y director del Instituto Nelson de Medicina Ambiental de Nueva York.
En declaraciones a la prensa tras pronunciar una conferencia en la primera jornada de la IX Conferencia Internacional sobre Gestión del Medio Ambiente (CIMAT), Lippmann destacó que los efectos de esta contaminación no sólo se miden por los índices de mortalidad sino también por el aumento del número de ingresos hospitalarios y de las peticiones de bajas por enfermedad.
Las afecciones sanitarias asociadas a la inhalación de partículas tóxicas aéreas, sobre todo nitratos y sulfatos derivados de procesos de combustión, van desde la exacerbación de episodios asmáticos a neumonías, complicaciones respiratorias y cardiovasculares, entre otras.
Durante su intervención en la CIMAT, que hoy fue inaugurada por el Secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández, el director del instituto neoyorquino subrayó que la relación entre mortandad y la presencia de partículas tóxicas es "muy fuerte, pero aún no entendemos bien el por qué".
Explicó al respecto que en su centro de investigación están realizando estudios con modelos animales, con objeto de profundizar en las enfermedades ligadas a las partículas nocivas que respira el ser humano.
Por otro lado, señaló irónicamente que "por suerte" no trabaja en la Agencia del Medio Ambiente de EEUU, -institución que sí financia algunos trabajos del centro que dirige-, en alusión a la política ambiental que defiende el presidente George Bush en materia de cambio climático.
En cualquier caso, agregó, "Bush hace una distinción entre los contaminantes tóxicos -como nitratos y sulfatos- y el cambio climático causado por los gases de efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono (CO2).
"Esta distinción puede que sea algo arbitraria", añadió Lippmann, pero "el presidente está recibiendo presiones de la Academia Nacional de Ciencias y de otros sectores de la comunidad científica que a la larga puede que modifiquen su postura".
Insistió en que él no puede defender las tesis de Bush sobre esta cuestión, quien "ha estado mal aconsejado e informado. La mayoría de la comunidad científica está a favor de actuar rápidamente para reducir las emisiones de este tipo de gases".
Por otro lado, dijo desconocer la situación de la contaminación atmosférica en el caso español, aunque indicó que al contrario de lo que sucede en EEUU en España hay "muchas zonas abiertas entre las ciudades", donde la concentración de partículas nocivas es menor que en las urbes.
CIMAT 2001, promovida por el Ministerio de Medio Ambiente, contará hasta mañana con la asistencia de setenta ponentes, que hablarán sobre la gestión de los ecosistemas forestales, las energías renovables, la legislación ambiental y el Plan Hidrológico Nacional, entre otras cuestiones.
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