Todo ello con el propósito de paliar el primer problema medioambiental de Canarias y de promover el desarrollo sostenible del Archipiélago. Así, la viceconsejera de Medio Ambiente ha recordado que en fecha reciente salieron a concurso -y se encuentran en fase de adjudicación- las obras para la puesta en marcha de la planta de biometanización y compostaje, y celdas de vertido, del complejo medioambiental de Zonzamas (Lanzarote) por 1.728 millones de pesetas.

A esto se añade la adjudicación de la planta de clasificación de envases de Zurita (Fuerteventura) por una cuantía de 300 millones de pesetas; también salió a concurso la redacción del proyecto y primera fase del complejo ambiental de Los Morenos (La Palma) por 431 millones y se abrió el plazo de licitación para las obras de la planta de clasificación del complejo medioambiental de Salto del Negro (Gran Canaria) por un coste de 697 millones de pesetas.

También en estos últimos cinco meses la Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente, en manos de Fernando González, ha promovido la puesta en marcha de cinco nuevos puntos limpios, instalaciones donde los ciudadanos pueden depositar sus residuos en función de su tipología, en Maspalomas, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), en Frontera, en la Isla de El Hierro y tres infraestructuras más en La Palma, en concreto en los términos municipales de Puntallana, Los Llanos de Aridane y Tijarafe.

Los cinco puntos limpios abiertos en los últimos meses han supuesto una inversión que supera los 236 millones de pesetas. Además, en esta línea de fomentar la mejor gestión de los residuos orgánicos, el pasado 27 de julio la viceconsejera de Medio Ambiente inauguró la planta de clasificación de residuos de Zonzamas, en Lanzarote, la primera planta Todo-Uno de Canarias, y en la que se han invertido 462 millones de pesetas.

Se trata de una infraestructura básica en el desarrollo del Plan Integral de Residuos de Canarias (PIRCAN), un Plan que establece plazos, programas e inversiones superiores a los 59.000 millones de pesetas en seis años, con el fin último de implantar de forma progresiva tratamientos específicos para cada tipo de residuos.