Fuente: Madrid/Geoscopio.
La propuesta de directiva supone adaptar la legislación europea actual, al acuerdo alcanzado por la Organización Internacional de Aviación Civil hace unos meses
La Comisión Europea ha adoptado una propuesta de Directiva para luchar contra el ruido producido por los aviones en los aeropuertos y en sus proximidades. La nueva directiva integrará tanto los nuevos estándares internacionales, como las resoluciones que en esta materia adoptó la ultima Asamblea General de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OIAC), que tuvo lugar el pasado mes de septiembre.
Con esta Directiva, los aeropuertos que se encuentren más afectados por problemas de ruidos, podrán imponer restricciones al despegue y aterrizaje de aquellos aviones más ruidosos, ya que los requisitos de sonoridad de los aviones se reducirán en diez decibelios. La nueva legislación resolverá un largo contencioso con los Estados Unidos en esta materia.
Para Loyola de Palacio, Vicepresidenta de la Comisión y Comisaria de Transportes y Energía, el objetivo de la nueva Directiva "son aquellos aeropuertos que tienen problemas en esta materia, convirtiéndose en una garantía para los que usan los aeropuertos y para los que viven en sus alrededores"
Según el texto, cada aeropuerto quedará autorizado a prohibir el aterrizaje y despegue de aquellos aviones que sólo cumplen los niveles "marginalmente", es decir cuyos niveles de sonoridad durante las operaciones aéreas se encuentre dentro de lo que podríamos llamar el margen de incertidumbre de los límites máximos y que no puede ser superior a 5 decibelios. Este es el caso de una flota de aviones, relativamente antiguos, a los que se les denomina "hushkits".
La Directiva contempla la reducción del impacto económico que estas medidas puedan tener para los operadores de los países en desarrollo al utilizar los aeropuertos europeos, sin embargo, igualmente, se han introducido medidas para impedir que algunos operadores de estos operadores pudieran abusar de estas condiciones.
La Asamblea General de la OIAC reconoció, por unanimidad, "que la solución a los problemas del ruido debe ser gestionados de acuerdo con las especiales características de cada aeropuerto", aunque también adoptó la obligación por parte de todos los estados miembros de la organización de garantizar que cuando "los problemas de diferentes aeropuertos sean los mismos o similares, las autoridades adopten también medidas iguales o similares"
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