En las instalaciones urbanas es necesario conocer el comportamiento de los materiales frente a los agentes agresivos con los que estarán en contacto. Los tipos de ataque a los que puede verse sometido el material son:

• Corrosión: es la destrucción de un material por causas diferentes a las acciones mecánicas, siguiendo mecanismos físico-químicos como procesos electroquímicos y de oxidación-reducción.

• Incrustación o deposición de sales poco solubles en la superficie de los materiales.

• Envejecimiento o aumento de la fragilidad. Un conjunto de fenómenos o mecanismos químicos y fisioquímicos es el responsable.

Estos fenómenos vienen motivados por el aire, el agua y el suelo, los humos y los contaminantes presentes en los mismos: el aire es el causante de la corrosión atmosférica, mientras que el agua origina corrosiones muy diferenciadas, fundamentalmente a través de mecanismos fisioquímicos y por la acción de bacterias y microorganismos. El suelo, dependiendo de si es ácido, calizo, selenitoso o yesífero, también provoca corrosión. Los humos y las sustancias contaminantes que transportan afectan a su vez a la infraestructura urbanística.

Los materiales que se ven afectados por estos agentes pueden clasificarse en metálicos y no metálicos:

Metálicos	No metálicos
acero	cemento hormigón
fundición
	plásticos PVC
cobre
	plásticos polietileno
aluminio y sus aleaciones

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