El Benchmarking, termino del que no existe una traducción idónea al español, se define como el análisis que realiza una organización para comparar de forma sistemática sus propias actividades, procesos, operaciones y prácticas con las análogas de organizaciones reconocidas como líderes o excelentes en el sector, aunque sean competidoras.

Mediante el Benchmarking cualquier organización del sector hotelero puede identificar aquellos campos en los que sus prácticas habituales generan un consumo de materias primas o productos muy superior a los de establecimientos similares.

Evidentemente, estas materias primas o productos tienen una incidencia en el medio ambiente, ya sea como causa de contaminación ambiental posterior a su utilización, caso de productos químicos, aguas residuales..., o como utilización de recursos naturales que degradan el entorno natural próximo o lejano, tal es el caso del agua o de la energía.

Una vez localizadas las actividades derrochadoras de recursos, es más sencillo la realización de una evaluación medioambiental, primer paso para la implantación de un sistema de gestión medioambiental en el marco del EMAS.

Aunque los campos en los que se puede desarrollar el Benchmarking son tan numerosos como el propio deseo de aproximarse a los mejores profesionales del sector e incluso a la excelencia, en el sector hotelero existen un cierto número de campos donde las posibilidades de ahorro y de disminución del impacto ambiental son fácilmente medibles, analizables y comparables.

Consumo de energía: Deben considerarse todos los tipos de energía utilizados en el establecimiento hotelero (electricidad, gas, carbón, gasoleo...). Aunque la comparación de los consumos en cada uno de los tipos de energía ya proporciona información sobre el grado de eficiencia energética del establecimiento, es conveniente convertir todos las unidades energéticas en kilovatios hora, con el fin de facilitar un estudio más detallado. Volumen de residuos: Dada la diversidad de residuos generados en el sector hotelero será necesario establecer las diferentes categorías de los mismos, así como la dependencia del hotel que los ha generado. Un análisis de estos datos y algunas consultas con los proveedores ayudará a identificar los envases reutilizables o reciclables, y sus canales de recuperación, así como aquellos productos cuyo envase pudiera ser reducido en origen sin deteriorar la calidad del producto transportado. Productos químicos utilizados: El primer paso será conseguir establecer una relación cuantificada de los compuestos químicos perjudiciales para el medio ambiente y la salud, que son utilizados en el establecimiento hotelero, suele requerir la participación de los suministradores para que faciliten una descripción completa de la composición química de los productos que sirven. Consumo de agua: Este campo debería considerarse tanto el agua procedente de los servicios de abastecimiento como, si es el caso, la generada en el propio establecimiento hotelero, mediante bombeo o depuración. En muchas zonas de la geografía española este campo tiene un importancia considerable para evaluar el propio impacto ambiental del hotel en el entorno. Aguas residuales: Es uno de los campos donde son más frecuentes las inspecciones de las autoridades locales y donde la identificación de las dependencias que generan mayores cantidades de aguas residuales y de los tipos de productos químicos que vierten, más pueden ayudar a mejorar la calidad de las aguas finales y a reducir gastos, bien en el consumo de productos químicos superfluos o bien durante el proceso de depuración. Impacto ambiental en el entorno: La evaluación del impacto es, posiblemente, la labor más subjetiva de todos los campos de comparación; sin embargo, es posible establecer elementos objetivos, algunos de los cuales podrán ser suministrados por los ayuntamientos.

 
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