La energía es la partida más importante, después de la de personal, en el presupuesto de un hotel, llegando a representar un valor próximo al 20% de los gastos totales (nuevamente sin incluir los gastos de personal). De este gasto una partida que oscila entre los 2/3 y las ¾ partes corresponde a electricidad, dentro de ésta el aire acondicionado supone en verano una parte sustancial. Por lo tanto, cualquier actuación en este campo puede representar grandes ahorros económicos.

Cualquier establecimiento hotelero tiene la posibilidad de, aplicando unas sencillas actuaciones, disminuir su factura energética, que además de representar una acción medioambientalmente positiva, siempre implica una rentabilidad económica adicional en un plazo más o menos largo. Por otra parte, la gestión ambiental puede llegar a convertirse en un factor diferenciador con respecto a la competencia

Los tres grandes apartados de consumo energético de un hotel son los concernientes a la iluminación, la calefacción y la refrigeración. Evidentemente las márgenes de ahorro energético varían sensiblemente si nos encontramos en la fase previa a la construcción del hotel o si éste ya se encuentra construido, sin haberse seguido pautas conservacionistas.

Este ahorro en la energía empleada para iluminación, calefacción y refrigeración y servicios , no sólo incide en una disminución del gasto, sino que además contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y al mantenimiento de los recursos naturales.

Los expertos consideran que en cualquier hotel existe siempre una gran capacidad de ahorro de energía, que pueden llegar a reducir hasta en un 40% la factura energética. Entre las medidas de sencilla incorporación sin necesidad de disminuir de provocar penumbras de mal efecto se encuentran: 

Utilización de bombillas de bajo consumo, temporizadores y sensores de presencia para reducir las necesidades de iluminación.
Incorporación de sistemas de desconexión centralizados en las habitaciones, que desconectan el fluido eléctrico cuando el huésped está ausente.
Sustitución de tubos fluorescentes tradicionales de 38 mm de diámetro por los nuevos de 26 mm de diámetro, que consumen un 10% menos.
La decoración puede crear ambientes y aumentar la reflexión de paredes, techos y especialmente de las luminarias, estas últimas en especial deberán permanecer siempre limpias para mantener su grado de reflexión.
Consulte con un técnico la situación de la instalación eléctrica, las secciones de hilo inferiores a las previsiones de consumo suelen aumentar el consumo.
Aprovechar al máximo la luz natural y sólo utilizar la artificial como complemento.

En determinadas zonas geográficas el aire acondicionado puede representar la cuarta parte de la factura eléctrica. Por lo tanto su optimización a la temperatura adecuada al uso que le esté dando a la zona puede suponer considerables ahorros, dado que una aumento o disminución de la temperatura en 1ºC puede suponer un menor o mayor gasto ahorro del 5% en el consumo.

En el caso de la calefacción, aunque los beneficios económicos no suelen ser importantes, también cabe un gran margen de ahorro, además de los beneficios ambientales de modificar el sistema de calefacción hacia los que utilizan como combustibles aquellos con menores emisiones contaminantes.

Entre las actuaciones de sencilla implementación en el campo de la calefacción y del aire acondicionado cabe destacar:

Doble acristalamiento, que reduce las pérdidas de calor en invierno y las necesidades de refrigeración en verano. 
Instalación de películas reflectantes en las ventanas de mayor insolación en verano..  

Separación de la zona de entrada y salida de las del resto edificio mediante acristalamiento para el mismo fin. Utilización de termostatos para el control optimizado de la temperatura en las distintas dependencias en función de la hora del día.

Organice las áreas climatizadas de forma que sea posible cerrar aquellas que se encuentren desocupadas. Asigne las habitaciones de forma que facilite este punto.
Durante los meses que esa necesario tener calefacción, tratar de mantener la temperatura en los márgenes del confort (aproximadamente 20ºC durante el día y 16ºC a lo largo de la noche).
La limpieza periódica (mensual) de filtros, serpentines, etc en un sistema de climatización disminuye el consumo de forma sustancial (hasta un 10%).
También debe limpiarse y purgar regularmente los radiadores.

Estas pautas condicionan la orientación del edificio y de sus estructuras abiertas con objeto de que permitan la calefacción solar pasiva durante el invierno, al tiempo que disminuyen la necesidad de refrigeración en verano y facilitan la iluminación de sus espacios interiores con luz natural. Por otra parte, la utilización de aislantes y de materiales de construcción apropiados al clima de la región puede disminuir sensiblemente la energía necesaria para mantener la temperatura interna en unos niveles de confort sin incurrir en grandes gastos de calefacción y de refrigeración. Un sistema adecuado de aislamiento puede ahorrar hasta un 50% la energía empleada en calefacción y aire acondicionado.

La tendencia de los gobiernos es introducir nuevos impuestos sobre las emisiones, directas e indirectas, de gases de efecto invernadero, con el objetivo de cumplir los compromisos internacionales; por lo tanto, la reducción de la factura energética redundará a la larga en disminuir la carga impositiva.

Instituto para la Conservación y Ahorro Energético (IDAE)
http://www.idae.es

Cámara de Comercio e Industria de Madrid
http://www.camaramadrid.es

BCN Ecoinsal
http://www.geoscopio.org/cgi-bin/planetatierra/p_comunicab.pl

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