Fuente: Madrid/Geoscopio.
El proyecto, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, FMAM, ayudará a unos cien países a desarrollar las habilidades científicas y jurídicas necesarias para evaluar las cuestiones de salud y de medio ambiente relacionadas con la importación de los llamados "organismos vivientes modificados".
El Protocolo, se ha desarrollado en el Taller Africano Regional sobre la Bioseguridad, donde han participado 46 países. Este proyecto aspira a garantizar la seguridad del traslado, gestión y uso de organismos vivientes modificados (LMO) que puedan tener efectos adversos sobre la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica, tomando también en cuenta los riesgos a la salud humana.
El proyecto, que durará tres años y cuyo costo será de 38,4 millones de dólares, es una iniciativa clave para ayudar a los países en desarrollo a prepararse para la entrada en vigencia del Protocolo de Cartagena sobre la Bioseguridad, adoptado en enero de 2000.
Klaus Toepfer, Director Ejecutivo del PNUMA, organización que llevará a cabo el proyecto, comentó que "la industria está convencida de que los cultivos provenientes de la ingeniería genética son el elemento esencial para incrementar el volumen de las cosechas de una manera ambientalmente amigable. Pero a otros les preocupa que la nueva tecnología presente riesgos a la salud y al medio ambiente".
El Protocolo de Cartagena intenta reconciliar estas cuestiones de comercio y protección del medio ambiente. Es el primer tratado jurídico sobre el medio ambiente que busca institucionalizar una estrategia de precaución y establece el procedimiento del acuerdo de información avanzada.
Hasta ahora, 107 gobiernos han firmado el Protocolo y 10 lo han ratificado. Para que entre en vigor es necesario que existan 50 ratificaciones.
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