Fuente: Madrid/Geoscopio
Con una inversión total de 230,4 millones de euros esta actuación del PHN beneficiará a 600.000 habitantes y paliará la sobreexplotación de los acuíferos y el déficit de las comarcas del Vinalopó, L''Alacantí y La Marina Baixa
La conducción Júcar-Vinalopó, cuya primera piedra ha sido colocada por el presidente del Gobierno, José María Aznar, es un proyecto respetuoso con el entorno y prevé las adecuadas medidas correctoras que reducirán al máximo el impacto ambiental que se pueda producir durante la construcción de los distintos tramos.
La preocupación medioambiental ha sido desde el principio la base de las actuaciones de la conducción Júcar-Vinalopó, cuyo objetivo es paliar las graves carencias hídricas que las comarcas del Vinalopó, L´Alacantí y La Marina Baixa tienen en la actualidad por sobreexplotación de los acuíferos. Para ello, la conducción Júcar-Vinalopó aportará a esta zona excedentes hídricos del río Júcar, hasta un máximo de 80 hectómetros cúbicos anuales, de los cuales 45 se destinarán a regadío y 35 a abastecimiento.
La disponibilidad de recursos hídricos en las comarcas receptoras a través de la conducción Júcar-Vinalopó contribuirá a mantener el abastecimiento a las actividades económicas vinculadas a las infraestructuras urbanas y agrarias, así como a alcanzar un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente en la Comunidad Valenciana.
Desde el punto de vista del abastecimiento urbano, la conducción Júcar-Vinalopó beneficiará en las comarcas receptoras a una población de 600.000 habitantes según el censo, o hasta 1.500.000 si se tiene en cuenta la población flotante.
En lo referente al regadío, la zona receptora alcanza 40.000 hectáreas gestionadas por las Comunidades Generales de Usuarios del Alto Vinalopó y del Medio Vinalopó-Alacantí. Hay que tener presente, tal y como se ha expresado en las determinaciones de la planificación hidrológica y en los propios objetivos de la conducción Júcar-Vinalopó, que no se desarrollarán nuevas zonas de riego con el agua transferida desde el sistema del Júcar.
La infraestructura está compuesta básicamente por los siguientes elementos: una impulsión inicial, dos saltos hidroeléctricos para recuperación energética, la conducción por gravedad con sección en túnel a lo largo de 28 kilómetros, que atraviesa los lugares de orografía más abrupta, y en sifón con tubería enterrada con más de 38 kilómetros, en los valles, barrancos y vaguadas; una balsa inicial y un depósito de regulación de 20 hectómetros cúbicos. Toda la conducción queda completamente enterrada.
La impulsión inicial desde la estación de bombeo situada en el embalse de Cortes, en el río Júcar, permitirá elevar el agua hasta el Alto de la Muela de Cortes de Pallás y, desde allí, iniciar su recorrido por gravedad. Tras su aprovechamiento energético en las minicentrales hidroeléctricas de El Ramblar y Los Alorines, el agua de la conducción Júcar-Vinalopó llegará hasta las inmediaciones de Villena, donde conectará con las conducciones de los usuarios, en las márgenes izquierda y derecha del Vinalopó.
El trazado global de la conducción está dividido en siete tramos. El coste total de la inversión prevista para los siete tramos es de 230,4 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Medio Ambiente aportará el 67,39% (32,61% a través de la empresa Aguas del Júcar, S.A, y el 34,78% restante a través de Fondos FEDER) y los usuarios de la conducción, un 32,61%.
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