Fuente: Madrid/Geoscopio
La pérdida de vegetación forestal y la conversión a otros usos del terreno pueden repercutir negativamente en las reservas de agua dulce, poner en peligro la supervivencia de millones de personas y perjudicar el medio ambiente, advierte la FAO.
En una época en que la escasez de agua en muchas regiones representa una amenaza para la seguridad alimentaria y para el sustento y la salud de los seres humanos, la situación de las cuencas hidrográficas mejoraría si los montes se administrasen con una óptica hidrológica y socioeconómica, sostiene la FAO en un documento que se discutirá en la próxima sesión del Comité de Montes de este organismo, a celebrarse entre los días 10 y 14 de marzo.
El Comité de Montes (COFO), principal foro de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para los debates internacionales sobre política y cuestiones técnicas, contará con la participación de 300 delegados procedentes de más de 100 países.
Durante el Comité se presentará el informe, El estado de los bosques en el mundo 2003, y se discutirán, entre otros asuntos la relación entre los bosques y el agua dulce, un estudio sobre los bosques en África y un análisis de los programas de la FAO en el sector forestal.
El documento de la FAO sobre bosques y recursos hídricos, subraya la necesidad de fomentar la sensibilización nacional y las políticas ambientales en ayuda de la ordenación sostenible de los bosques de montaña y de las tierras altas. Se quiere conseguir que la ordenación forestal pase a ser un componente decisivo en los programas generales de administración de los recursos hídricos.
El documento solicita políticas y programas de acción para la ordenación eficaz de las cuencas hidrográficas y de otras actividades clave relacionadas con los bosques. Se quiere conseguir así que la ordenación forestal pase a ser un componente decisivo en los programas generales de administración de los recursos hídricos.
Por ejemplo, acciones para optimizar la economía de los recursos hídricos y al mismo tiempo prevenir o mitigar las catástrofes deberían incluir:
- Conservación en buenas condiciones de la cubierta forestal en las cuencas hidrográficas montañosas sujetas a lluvias torrenciales
- Puesta a punto de programas que combinen la protección forestal con la zonificación, ordenación de las zonas anegadas y obras de ingeniería para proteger a las personas de los desprendimientos de tierras, de las riadas de piedras y de las inundaciones
- Sistemas agroforestales para las cuencas hidrográficas de las tierras altas para aprovechar los beneficios hidrológicos de los bosques, potenciando al mismo tiempo la alimentación y la protección de los recursos naturales para los pobres rurales
- Incentivos para cuantos se dediquen a la mejora de los bosques y de otra utilización del terreno que limite las pérdidas de los cursos de agua.
Más de 3.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable y el problema es particularmente agudo en los países en desarrollo. De las más de tres millones de muertes anuales atribuidas al agua contaminada y a la escasa higiene, más de dos millones corresponden a niños de los países en desarrollo.
Además, cada año los desprendimientos de tierra por causa de la lluvia, las inundaciones y los torrentes producen grandes pérdidas de vidas y de productividad económica tanto en los países desarrollados como en aquellos en desarrollo.
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