El Tiempo, El Clima, El Agua y el Desarrollo Sostenible
Miércoles, 23 de Marzo de 2005
Fuente: Geoscopio/Madrid. Mensaje del Sr. M. Jarraud
Secretario General de la OMM
El Día Meteorológico Mundial se estableció para conmemorar la entrada en vigor, el 23 de marzo de 1950, del Convenio por el que se creó la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En 2005, se ha elegido para este Día el tema "El tiempo, el clima, el agua y el desarrollo sostenible", como referencia a la contribución esencial de la meteorología, de la hidrología y de las ciencias geofísicas conexas al progreso de la humanidad, al desarrollo socioeconómico sostenible, a la protección del medio ambiente y a la lucha contra la pobreza.
La creación de la OMM marcó el inicio de una nueva era y contribuyó a alcanzar rápidos progresos en dichas ciencias, en las tecnologías conexas y en la cooperación internacional. Estos acontecimientos se tradujeron rápidamente por el establecimiento de sistemas operativos mundiales para la protección de la vida y de los bienes, para la atenuación de los desastres naturales, así como para numerosas aplicaciones a toda una serie de actividades socio-económicas en apoyo del desarrollo sostenible, definido como "el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades."
Hoy en día, los cambios se producen a un ritmo cada vez más acelerado. Gracias a los espectaculares logros de la meteorología y de la hidrología, especialmente en los últimos decenios, las expectativas que suscitan son cada vez mayores y surgen, asimismo, del reconocimiento de que la economía mundial es cada vez más vulnerable a las condiciones meteorológicas y a los factores climáticos. Prácticamente todas las actividades humanas están influenciadas por el tiempo, el clima y el agua y un número cada vez mayor de estas actividades dispone de un margen cada vez más reducido para hacer frente a los riesgos.
Esta situación exige un nuevo tipo de servicios meteorológicos e hidrológicos, más perfeccionados, en prácticamente todos los sectores de la economía (la salud, el transporte, el desarrollo urbano, la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos hídricos, energéticos y otros recursos, el turismo y las actividades recreativas). La OMM y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) tienen que suministran servicios más eficaces para prevenir, minimizar o reducir las repercusiones de los fenómenos extremos, de la desertificación y de otras amenazas para la seguridad y para la protección del ser humano y del medio ambiente, tales como el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono y la creciente contaminación.
En 2000, la Organización de las Naciones Unidas afinó y reorientó su estrategia para promover el desarrollo social y económico sin perjudicar al medio ambiente, exhortando a todos sus Miembros a alcanzar los Objetivos de desarrollo del Milenio. Algunos de esos objetivos, que habrán de alcanzarse a más tardar en 2015, son de especial interés para la OMM:
reducir a la mitad la proporción de personas que viven con menos de un dólar al día o que padecen hambre;
reducir a la mitad la proporción de personas que no tienen acceso al agua potable en condiciones de salubridad;
abordar los problemas de vulnerabilidad, de evaluación de riesgos y de lucha contra los desastres, en particular la prevención, la atenuación de sus efectos, la preparación, la intervención en casos de desastres y las medidas de recuperación, ya que esto es esencial para conseguir un mundo más seguro;
abordar las cuestiones relativas al cambio climático, en particular la vigilancia, la elaboración y la aplicación de estrategias pertinentes a nivel nacional, regional e internacional;
garantizar la sostenibilidad del medio ambiente;
concertar una alianza mundial para el desarrollo.
El Plan de aplicación de Johannesburgo de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002 amplió el alcance de estos objetivos. Hoy en día, la urgencia de estas tareas no tiene precedentes. La OMM, como portavoz autorizado del sistema de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua, tiene la responsabilidad de coordinar y ejecutar los programas conexos que contribuyen a los esfuerzos realizados a nivel mundial por alcanzar esos Objetivos y de cumplir otros compromisos que contribuyen al desarrollo sostenible. Entre éstos cabe mencionar el Programa 21, las Convenciones internacionales relativas, entre otros, a la protección de la capa de ozono, al cambio climático, a la lucha contra la desertificación y a la diversidad biológica, así como los compromisos relativos a los planes de acción de los Objetivos de desarrollo del Milenio, al desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo, a la seguridad alimentaria, a la producción y al consumo de energía, a los asentamientos humanos, al entorno urbano, a la salud y a la protección de la atmósfera.
La contribución de la OMM a estas iniciativas reviste diversas formas y tiende principalmente a mejorar las observaciones y las predicciones del estado de la atmósfera y de los recursos hídricos de la tierra, a estudiar la relación mutua entre estos dos elementos y su interacción y otros componentes del sistema terrestre y a emitir alertas tempranas.
Los progresos alcanzados en las observaciones de teledetección por radares, satélites y otras instalaciones de vigilancia, así como en el proceso de datos y en las comunicaciones han permitido comprender mejor desde el punto de vista científico los procesos dinámicos y físicos de la atmósfera y de los océanos y sus interacciones con otros componentes del sistema terrestre. Como consecuencia de ello, se ha logrado una mejora sin precedentes de la calidad y de la precisión de las predicciones y de los avisos meteorológicos. En la actualidad, es posible realizar predicciones meteorológicas deterministas con una antelación de entre siete y diez días en las regiones extratropicales y de entre tres y cuatro días en las regiones tropicales. La predicción estacional de fenómenos como El Niño y La Niña supone otra extraordinaria innovación. Gracias a mejores conocimientos y a una red de instalaciones y de medios más eficaz, hoy en día, se pueden realizar predicciones útiles de esos fenómenos, con una antelación de varios meses a un año.
La OMM ha desempeñado un papel primordial en los logros alcanzados en lo que respecta al conocimiento y a la concientización del medio ambiente físico. Gracias a que el tiempo y el clima ignoran las fronteras políticas o económicas y al firme compromiso de sus Miembros la Organización tiene una gran solidez. Dichos Miembros son los que formulan los programas de la Organización y los que los llevan a cabo para alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible. Este sistema único ha valido a la OMM la reputación de ser un modelo de cooperación internacional, de ser líder en la prevención de los desastres y en la atenuación de sus efectos y de contribuir de forma notable al desarrollo socioeconómico sostenible.
Esta evolución ha contribuido considerablemente al bienestar de la humanidad. Sin embargo, han surgido nuevos problemas, tales como la creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono estratosférico, la disminución progresiva de los recursos de agua dulce y la creciente contaminación de la atmósfera y del agua.
Al mismo tiempo, las repercusiones cada vez mayores de los fenómenos meteorológicos y climatológicos extremos, especialmente de los ciclones tropicales, de las inundaciones, de la sequía y de las olas de calor en diversas partes del mundo, suponen una amenaza grave para el desarrollo sostenible.
Se calcula que, en el decenio 1992-2001, aproximadamente el 90 por ciento de los desastres naturales fueron de origen hidrometeorológico. Durante ese mismo período, los desastres causaron 622.000 víctimas mortales, afectaron a más de 2.000 millones de personas, asolaron tierras cultivables, propagaron enfermedades y causaron pérdidas económicas que se calculan alcanzaron 450.000 millones de dólares de EE.UU., o sea aproximadamente el 65 por ciento de los daños causados por el conjunto de los desastres naturales. Aunque ningún país escapa a las consecuencias perniciosas de los desastres naturales, son los países más vulnerables los que más sufren. Los estragos de una sola tormenta pueden causarles daños durante varios años. A menudo los limitados recursos que podrían destinarse al desarrollo de estos países se invierten para las operaciones de socorro en casos de desastre. Además, se ha previsto que el cambio climático podría aumentar la frecuencia de varios tipos de desastres naturales. Por lo tanto, uno de los principales objetivos de la OMM y de los SMHN es contribuir a lograr una reducción importante del índice de mortalidad relacionado con los desastres naturales de origen meteorológico, hidrológico y climático. La OMM se ha comprometido a ayudar a los SMHN a que se ocupen de otros ámbitos afectados por el tiempo y el clima.
En el ámbito de la salud humana - requisito esencial para el desarrollo sostenible - la OMM trata de hacer frente tanto a los efectos directos como indirectos de los desastres naturales y de los cambios atmosféricos. La Organización continuará facilitando la investigación sobre la relación entre el tiempo, el clima y la salud, en particular en lo que respecta a la destrucción de la capa de ozono protectora, a las condiciones que favorecen el desarrollo y a la propagación de determinadas enfermedades, a las posibles repercusiones del cambio climático sobre la salud y al estrés causado por el calor o por el frío muy intensos.
La evaluación de las consecuencias de las fluctuaciones meteorológicas y climáticas en la producción de alimentos es una de las condiciones esenciales para el desarrollo sostenible. La utilización de métodos agrometeorológicos para mejorar el uso de la tierra, la selección de cultivos, la lucha contra la langosta y las prácticas de gestión, contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria.
La intensificación de las actividades en el sector del agua para fomentar el desarrollo sostenible sigue siendo una prioridad. Es indispensable ayudar a los Servicios Hidrológicos Nacionales de todo el mundo a abordar las cuestiones relativas a la disponibilidad y a la calidad del agua y a facilitar la cooperación internacional, especialmente en las cuencas fluviales compartidas entre varios países. Se reforzarán las asociaciones en el marco de las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y con las ONG.
Si bien es cierto que nadie puede controlar el tiempo que hace, las observaciones exactas y las predicciones a largo plazo de gran precisión pueden aumentar las posibilidades de que vivamos en condiciones de relativa seguridad, con mayor comodidad y que se puedan proteger mejor los valiosos recursos naturales. Para que los países más vulnerables puedan lograr esos objetivos, es indispensable reforzar su capacidad endógena y concertar asociaciones a escala mundial. La OMM y los SMHN se encuentran en una posición ideal para contribuir a los esfuerzos nacionales y mundiales. En el marco de su mandato, la OMM continuará reforzando sus programas científicos y técnicos, potenciando sus alianzas y asociaciones estratégicas y desplegando renovados esfuerzos para crear capacidad y para movilizar recursos.
La capacidad de predicción debe mejorar, especialmente de los fenómenos meteorológicos que producen efectos devastadores. Esto permitirá transmitir avisos más seguros y más fiables cuando ocurran fenómenos extremos y garantizar una mejor preparación y una mayor toma de conciencia y reducir así la vulnerabilidad. Se hará hincapié en el aprovechamiento de los resultados de la investigación para las aplicaciones operativas, que contribuirán a la protección de la vida humana y de los bienes, a la atenuación de los efectos de los desastres naturales, a la promoción del desarrollo social y económico sostenible y a la protección del medio ambiente.
A más largo plazo, el desarrollo sostenible supone un mayor conocimiento del sistema climático y la capacidad de hacer proyecciones y de prever los cambios climáticos futuros y sus posibles efectos sobre la variabilidad del clima, las actividades socioeconómicas y el medio ambiente. Una planificación eficaz de medidas que permitan hacer frente al cambio climático exige escenarios muy detallados a nivel regional, que tengan en cuenta la variabilidad de las tormentas y de la precipitación, los efectos de la elevación del nivel del mar y las consecuencias para las zonas urbanas. La OMM seguirá desplegando esfuerzos para mejorar la vigilancia y la elaboración de los modelos climáticos, a fin de reducir la incertidumbre de las proyecciones climáticas y contribuir a la aplicación de medidas de adaptación y a la adopción de decisiones políticas y económicas sensatas, a niveles nacional e internacional.
La OMM seguirá tomando medidas para ampliar la gama y mejorar la calidad y la oferta de productos que brindan los SMHN a los usuarios. La Organización pondrá de relieve las ventajas únicas que tiene a su disposición y se definirá como principal protagonista de la cooperación internacional y como promotor del desarrollo sostenible, dando a conocer la importancia de su papel. Así pues, la Organización y los SMHN podrán reafirmar su posición de portavoces autorizados en materia de meteorología, hidrología y ciencias geofísicas conexas.
Para reforzar la capacidad de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y contribuir eficazmente al desarrollo sostenible, es indispensable mejorar los servicios actuales de vigilancia del tiempo, del clima y del agua, así como sus aplicaciones y desarrollar nuevos servicios. A este respecto, la OMM ha establecido tres nuevos programas intersectoriales, a saber, el Programa de prevención de los desastres naturales y de atenuación de sus efectos, el Programa Espacial y el Programa en favor de los países menos adelantados.
Se ha hecho hincapié en la ayuda a los países en desarrollo y, especialmente, en la creación de capacidad en los países menos adelantados. A este respecto, la OMM apoya los esfuerzos nacionales desplegados para modernizar los SMHN, para desarrollar sus recursos humanos y para elaborar productos de calidad. La Organización favorece además la concertación de nuevas asociaciones y de alianzas estratégicas entre los SMHN y otros asociados en niveles nacional, subregional, regional e internacional. Asimismo, apoya la labor de los Miembros para encontrar formas innovadoras de movilizar los recursos necesarios, tanto financieros como humanos, materiales u otros.
Al celebrar este Día, mi deseo es que el año 2005 se caracterice por un mayor reconocimiento y utilización de los productos de los SMHN, en el marco de toda una serie de actividades relacionadas con el desarrollo sostenible. Queremos seguir reforzando la colaboración de la OMM con los responsables de la adopción de decisiones y con otras autoridades nacionales, con la comunidad científica, con las organizaciones asociadas, con las organizaciones no guber-namentales, con el sector privado, con los medios de comunicación y con el público en general, a fin de facilitar la comunicación y ayudar a resolver eficazmente los problemas del medio ambiente y del desarrollo que se plantean a la humanidad durante este siglo, en los sectores del tiempo, del clima y del agua.
Enviar la noticia a un colega