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El 78,5 por ciento de los árboles españoles
presentan un aspecto saludable
Lunes, 9 de Enero de 2006
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Fuente: Geoscopio/Madrid.
El estudio indica también que el 19,5 por ciento tienen defoliaciones
superiores al 25 por ciento, lo que supone un deterioro con respecto al año pasado
Los resultados obtenidos tras el Inventario de Daños Forestales (IDF) de 2005 indican que el 78,5 por ciento de árboles estudiados presentan un aspecto saludable, mientras que el 19,5 por ciento tiene defoliaciones superiores
al 25 por ciento y el resto son muertos o desaparecidos. Entre las causas
detectadas están las de origen abiótico, las defoliaciones de primavera y la
sequía.
El Inventario de Daños Forestales (IDF) se lleva a cabo sobre la Red Europea de
Nivel I, que se estableció en 1987 para el seguimiento de los daños apreciados
en los bosques, en particular los relacionados con la contaminación atmosférica.
Consiste en la revisión de los puntos de una red de 16 x 16 km, sistemática y
aleatoria, tendida sobre la superficie forestal europea. El número de puntos
revisados en España durante el año 2005, al igual que el año pasado, ha sido de 620, evaluándose un total de 14.880 árboles.
En general, los resultados obtenidos tras el IDF-2005 muestran un empeoramiento en el estado del arbolado respecto al año anterior. Se observa un deterioro más acusado en las, frondosas, con una disminución importante en el porcentaje de arbolado sano (76,7 por ciento de árboles en esta categoría), a la vez que aumenta el porcentaje de arbolado dañado (21,3 por ciento).
Las coníferas también experimentan un empeoramiento, aunque algo menos
acusado, con una disminución del porcentaje de arbolado sano respecto al año
anterior, ya que este año se sitúa en un 80,6 por ciento, y un aumento en el
porcentaje de arbolado dañado, que llega a alcanzar un 17,6 por ciento en esta
categoría. Los registros obtenidos para este grupo de especies son los peores
obtenidos desde el inicio de los inventarios.
CAUSAS DE LOS DAÑOS
En cuanto a las principales causas de desvitalización y decaimiento reseñadas
durante el 2005, cabe destacar los daños de origen abiótico, que junto a las fuertes defoliaciones primaverales, que puntualmente han afectado a muchas frondosas, y el continuado incremento del muérdago, agrupan la mayor parte de los síntomas identificados.
El estudio ha detectado un acusado decaimiento y muerte puntual relacionados
con el déficit hídrico continuado y sequías puntuales, principalmente en el Levante, Sureste peninsular y en áreas centrales de ambas mesetas. Las especies más afectadas han resultado ser los Quercus entre las frondosas, y el pino carrasco dentro de las coníferas. A esto se suman los daños por las heladas en lugares tan dispares como Granada, Zamora y Huesca, afectando a cualquier especie (pino silvestre, chopo, eucalipto, encinas…). Se aprecia una cierta disminución en los daños relacionados con el síndrome de la Seca.
También han disminuido los daños atribuibles a hongos, con las excepciones de la generalización de micosis foliares en los eucaliptares, principalmente en el
Cantábrico oriental, y la cada vez más frecuente aparición de daños en Pino
radiata. Resalta la aparición de procesos de decaimiento dispersos de origen no
claro en las alisedas del norte peninsular, repitiendo en cierto modo el proceso que afectó a principios de la década de los 90 a dicha especie forestal.
En cuanto a insectos, no se aprecian a nivel general grandes variaciones en las
infestaciones provocadas por la procesionaria del pino, pero son de destacar las
proliferaciones de focos de escolítidos perforadores durante el verano,
aprovechando la situación de debilidad provocada por el estrés hídrico.
Es notable el incremento en los defoliadores primaverales de frondosas respecto
a años anteriores, tendencia ya apuntada en 2004, en toda la Península. En el
estudio se plantea que no se trata de una especie en particular, ya que los daños son resultado de la acción combinada de limántridos, tortrícidos, noctuídos, lasiocampidos y otros lepidópteros. Los alisos han sufrido en general fuertes defoliaciones por Agelastica alni. Se detectan síntomas de que los daños por Diprion pini están incrementándose de nuevo en los pinares de montaña del Sistema Central.
Por último se debe reseñar la espectacularidad de las defoliaciones en rosáceas
silvestres, provocadas por la explosión poblacional de Aglaope infausta, en
diversos lugares de casi todas las provincias en Castilla y León, en Álava y en
distintas zonas de La Rioja, Cantabria, Aragón, Cáceres, Granada y Cádiz.
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