La próxima semana se iniciarán en el lago de la Ercina, en el sector de Covadonga del Parque Nacional de los Picos de Europa, los trabajos preliminares de las actuaciones de sellado de las fisuras que puedan encontrarse en el pequeño dique de cierre de este lago, consistentes en la retirada de la fauna acuática que pueda encontrarse en un tramo de longitud no inferior a 50 metros del arroyo de desagüe del lago, la retirada de lodos del punto de fisuración localizado hasta llegar a la base del dique, para su posterior limpieza con equipos de hidropresión y su detallado análisis superficial.

Todo ello, tras haber procedido en la última semana del mes de mayo a la localización de la fuga y al seguimiento del agua perdida mediante la utilización de productos trazadores biodegradables (fluoresceína), tras obtener el correspondiente permiso del Organismo de Cuenca. Del seguimiento de esta operación no se han apreciado otros puntos de surgencia del agua filtrada, que estaría vertiendo en el arroyo de desagüe del lago. No obstante, hay que valorar que se trata de un lago situado en un singular macizo kárstico, lo cual ha de llevar a analizar otras posibles situaciones.

Paralelamente a estos trabajos preliminares, previos a cualquier actuación de sellado, se va a convocar a los expertos universitarios de los Departamentos de Geología de las Universidades del Area de influencia del Parque Nacional, a efectos de analizar y consensuar las actuaciones de sellado indicadas, así como valorar otros posibles escenarios para el caso hipotético de que la fuga se deba, además de al sumidero localizado en el dique de cierre, a otros posibles hipotéticos sumideros que pudieran haber aparecido tras el importante temporal de Octubre del año pasado y la crecida subsiguiente.

A este respecto es interesante recordar que el lago de La Ercina ha sufrido, en los últimos cuarenta años, otros dos singulares procesos de merma de volumen de agua retenida, en ambos casos vinculados a problemas de fisuración del pequeño dique de recrecimiento, ocurridos en los años sesenta y setenta, y que fueron objeto de actuaciones similares a la ahora planificada.

Respecto al estado del lago en estos momentos, hay que señalar que las fochas han criado aprovechando resaltos de la zona de orillas que ha quedado descubierta como consecuencia de la bajada de las aguas, viéndose, en una primera revisión y en su orilla oeste, dos polladas de dicha especie. Por otra parte, se aprecia una ligera descomposición de la materia orgánica que cubre las orillas, similar a la que se da en cualquier masa de agua en período de estiaje. No se ha apreciado presencia de mortandad de aves o de cualquier otro tipo de especie animal.