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Una hectárea de regadío produce seis veces más que una de secano y genera una renta agraria cuatro veces mayor
Miércoles, 16 de Agosto de 2006
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Fuente: Geoscopio/Madrid.
Una hectárea de regadío produce actualmente del orden de seis veces más que una hectárea de secano y genera una renta cuatro veces superior, más alta y más segura debido a la mayor diversificación de producciones -que evita el riesgo de monocultivo de secano- y a que reduce el riesgo climático del secano árido y semiárido, en los que la variabilidad de las precipitaciones anuales y estacionales provoca severas pérdidas económicas, según datos de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE).
Por otro lado, la Federación de Regantes explica que el regadío contribuye decisivamente a la creación de empleo y la fijación de la población del medio rural. Así, una hectárea de regadío requiere 0.141 Unidades de Trabajo Agrícola (UTA), mientras que una hectárea de secano sólo precisa de 0.037 UTA, lo que supone casi cuadriplicar la fuerza de trabajo requerido, sin olvidar que en algunas zonas como el litoral mediterráneo y atlántico sur, una hectárea de regadío genera hasta cincuenta veces más empleo que una hectárea de secano.
En España el número de Comunidades de Regantes se ha duplicado en los últimos treinta años al pasar de 3.165 entidades (Juzgados de Aguas, Sindicatos de Riegos, Heredamientos, Juntas de Aguas, Juntas Centrales de Usuarios,, etc.) en 1972 a cerca de 7.200 comunidades de regantes en la actualidad, que gestionan un total de 2,5 millones de hectáreas de superficie regable, según los últimos datos de Fenacore.
En la actualidad, en España la superficie puesta en riego es de alrededor de 3,3 millones de hectáreas, lo que representa el 13% de la Superficie Agraria Útil (SAU) y casi un 60% de la producción final agrícola nacional. Sin embargo, el regadío a nivel mundial ocupa un 18% del área total cultivada y representa sólo el 35% de la producción final agrícola, de lo que se deduce que la importancia económica de los regadíos españoles es muy superior a la obtenida a escala mundial.
Los cultivos que contribuyen en mayor medida a elevar el Producto Interior Bruto (PIB) agrícola de España son: frutales (incluidos los cítricos), con un 15,6% de la superficie de riego; las hortalizas, con un 10,22%; las patatas, que ocupan un 5,5% y las plantas ornamentales y la floricultura que representan un 3% del área regada.
Por otro lado, España es el estado de la cuenca mediterránea con mayor número de hectáreas de regadío (3,3 millones), por delante de Italia (3,1 millones) y a mucha distancia de Francia y Grecia. Asimismo, España es el país europeo de la zona mediterránea con mayor superficie de tierras de cultivo (20,3 millones de hectáreas), de las cuales un 83% corresponden a tierras de secano y sólo el 17% restante a regadío.
Sin embargo, si se considera la superficie regada sobre la superficie total cultivada, España presenta porcentualmente menos regadío que Grecia (37,6%) o Italia (22,8%). Además, existen países como Dinamarca, con elevados porcentajes de superficie de regadío (17,1%) y sin problemas de escasez de agua.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, "este hecho confirma que mientras que el regadío para algunos países posibilita una mayor productividad y calidad de la producción, para otros, como los mediterráneos, significa, por su escaso nivel de pluviometría, la supervivencia de los cultivos y, por tanto, de la población en el medio rural. España registra un índice de pluviometría de entre 400 y 500 mm/año, por debajo de la media europea de 880 mm/año y necesita, por tanto, de infraestructuras hidráulicas para disponer de agua garantizada ".
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