Necesidad de enfoques integrados: El marco
ambiental |
En función de los problemas
señalados anteriormente, una gran parte de los países ha establecido acuerdos
encaminados a paliar o disminuir los efectos negativos de las emisiones procedentes del
consumo energético, principalmente los derivados de la utilización de combustibles
fósiles. |
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En 1992, en Río de Janeiro, se
estableció el Convenio sobre el Cambio Climático, cuyo desarrollo condujo a la fijación
de objetivos concretos de reducción de emisiones en la Conferencia de las Partes del
Convenio, en Kyoto en 1997. Según estos acuerdos, en el período 2008-2012 debe lograrse
una reducción global de emisiones de 5 % respecto de las de 1990.
Eso se traduce en compromisos concretos por países, recogidos en un documento jurídico
vinculante para todas las Partes, según su capacidad tecnológica y económica. Por
ejemplo, para la UE se fijó un 8 % de reducción en ese período, para EE.UU. un 7 % y
para Japón un 6 %. El peso de estos compromisos recae sobre los países más
desarrollados porque son los principales responsables de las emisiones.
Dentro del conjunto de la UE, el compromiso para España se traduce en una reducción del
crecimiento de sus emisiones de gases de efecto invernadero, no pudiendo superar el 15 %
por encima de 1990, para el período 2008-2012. Entre tanto, otros países de la Unión
deben disminuir sensiblemente sus emisiones, para que el conjunto se sitúe en los
objetivos establecidos. |
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